Prueba del Renault Austral híbrido, un gran SUV con detalles por pulir

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La calidad de terminación y la dirección a las ruedas traseras son lo mejor del modelo, mientras que el tacto del freno es seguramente el detalle que merece una mejora más urgente
La extensa nómina de modelos SUV de Renault, varios de ellos producidos en España, se ha completado en los últimos meses con la llegada del Austral, sustituto del Kadjar y fabricado en este caso en la planta palentina de Villamuriel de Cerrato. El Austral es seguramente el vehículo todocamino más conseguido de todos ellos, y el que exhibe una terminación más esmerada junto con algunas soluciones que lo hacen brillar por encima de la competencia. Afirmamos esto después de haber compartido varias semanas con una unidad equipada con sistema de impulsión híbrido de 200 caballos y en la versión más deportiva y lujosa de las disponibles, la Iconic con paquete Esprit Alpine. Son detalles distintivos de esta la pintura gris mate, unas llantas bitono de 20 pulgadas y las inserciones de tejido Alcántara en volante, salpicadero, paneles de puertas y asientos. El interior transmite una sensación de alta calidad, además de muy tecnológica. Está especialmente logrado, para nuestro gusto, el recubrimiento del techo, confeccionado en un material textil gris de una apariencia muy agradable que se extiende a lo largo del pilar delantero del coche, en perfecta armonía con las inserciones antes mencionadas, del mismo color, y otros detalles rematados en madera de fresno. El volante, ligeramente achatado por arriba y por abajo, tiene el tacto y el grosor justos para practicar y disfrutar de la conducción. Junto a él se despliegan, en esta versión, dos pantallas de 12,3 y 12 pulgadas -la central en posición vertical- que utilizan el software OpenR Link, el cual integra aplicaciones como el buscador de Google y Google Maps y es compatible con Android Auto y Apple CarPlay. La experiencia de uso del sistema no admite crítica pues, aparte de facilidad de manejo, aporta calidad y fluidez de los gráficos. Renault, además, se ha resistido a la tendencia de integrar los mandos del climatizador en la pantalla central, con lo que estos se manejan por medio de una hilera independiente dotada de botones mecánicos. El Austral se ha puesto a la venta en nuestro país con tres variantes de motor: dos mild hybrid de 140 y 160 CV y la híbrida completa de 200 CV que ha pasado por nuestras manos. Todas ellas se benefician de la etiqueta ambiental Eco, pero presentan notables diferencias que ahora detallaremos y entre las que destaca el menor consumo de la última. En términos de habitabilidad, las versiones microhíbridas disponen de más capacidad de maletero (500 litros, frente a 430 de la full hybrid) y de otra particularidad relevante dentro del habitáculo: una superficie enteramente lisa a los pies de conductor y acompañante que contrasta con el abombamiento que presenta el híbrido en la parte más cercana a la base del asiento. En ambos casos, la banqueta trasera cuenta con desplazamiento a lo largo, una solución siempre práctica para repartir el espacio entre los pasajeros y el compartimento de carga, y con amplitud suficiente para alojar sin agobios a personas de hasta 1,85 metros de estatura, algo que no siempre sucede en vehículos que rondan, como el de Renault, los 4,5 metros de longitud total. Al volante del modelo palentino Después de este vistazo al coche en parado, veamos cómo es su respuesta una vez lo arrancamos. Si conducimos con suavidad, lo primero que apreciaremos será que buena parte del trayecto se realiza en modo eléctrico, siempre que la batería disponga de algo de carga. La entrada en funcionamiento del motor de combustión, un tres cilindros de 130 CV, resulta perceptible en muchas ocasiones, pero en ningún caso molesta. En ciudad, a ritmo tranquilo, es fácil obtener un consumo inferior a los 6 litros/100 km. Esta cifra aumenta, aunque no de manera drástica (hasta los 6,5 litros/100 en un uso razonablemente tranquilo), si nos adentramos en carretera, donde el Austral se muestra no solo parco en gasto, sino también rápido y muy efectivo. Es capaz de pasar de 80 a 120 km/h en 5,6 segundos, lo que permite hacerse idea de lo bien que solventa los adelantamientos, y presenta reacciones vivas, si bien se advierte un mínimo retardo al acelerar con decisión para comenzar la maniobra. También se sienten pequeños vacíos durante la aceleración que Renault parece proponerse enmendar ya que está trabajando, asegura, en la gestión electrónica del sistema de impulsión para conseguir la máxima suavidad de marcha. El modelo de Renault no está entre los mejores de su categoría en insonorización, a buen seguro por la ausencia de cristales laminados en las ventanillas que impedirían la entrada al habitáculo de parte del ruido aerodinámico y del procedente del asfalto cuando se circula a alta velocidad. En cambio, la calidad en sí de rodadura es considerable, como de coche (más) grande y bien asentado. Mejor aún que esto es el principal elemento de equipamiento que distingue al Austral de todos sus rivales, la posibilidad de incorporar un eje trasero direccional (cuesta 1.500 euros extra) que lo transforma en el vehículo más ágil de su segmento. Gracias al giro de las ruedas posteriores, más o menos acusado -y solidario o no con el de las delanteras- en función de la velocidad, este SUV se mueve en las distancias cortas como un Clio y se desplaza en carretera como una gran berlina. Dicho de otro modo, su peculiaridad técnica le permite girar en un cruce o aparcar como lo haría un coche medio metro más corto, al tiempo que en vías rápidas disfruta del efecto de batalla larga de un modelo mucho mayor. En abierto contraste con un eje trasero direccional que tantas cualidades atesora, nos ha desconcertado mucho el tacto del pedal de freno, que parece subir y bajar sin razón discernible transmitiendo una sensación poco deseable de incertidumbre sobre su funcionamiento. Hemos sabido también de quejas de algunos colegas de profesión sobre tirones del cambio automático, pero nosotros no los hemos percibido en la unidad que nos ha tocado en suerte. El Austral híbrido se vende a partir de 39.600 euros en versión Techno y llega a los 43.600 en el caso del modelo Iconic Esprit Alpine que nos ha acompañado durante las navidades recién terminadas.